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8 de marzo: Conmemorando nuestra historia

Jorge Andrés Hernández Daza - Docente ciencias sociales gmmmc

Mar 10, 2023

“Si alguien considera estar limitado por su género, raza u origen, se volverá aún más limitado". - Carly Fiorina, política estadounidense

Pocas sabemos que el Día Internacional de la mujer no es una fiesta, sino la conmemoración de la lucha que un puñado de mujeres ha emprendido en pro de condiciones sociales justas y de mayor equidad de géneros; usualmente en esta fecha hacemos alusión a mujeres que con una ahínco incansable avanzaron en la lucha por condiciones dignas, no obstante cuando centramos la mirada en aquellas mujeres que históricamente han sido claves en nutrir esos escenarios de lucha en nuestro país, nos quedan varios vacíos por aquella práctica sistemática de invisibilizar en la historia lo que ellas han alcanzado.


La lucha constante de las mujeres surgió a partir del 8 de marzo de 1908, donde se reflejó la explotación y el trabajo en la fábrica Cotton de la ciudad de Nueva York, Estados Unidos, por parte de 129 mujeres que, en su inconformidad por sus largas jornadas laborales, la precariedad de sus salarios y las malas condiciones laborales, alzaron sus voces para exigir sus derechos.


Allí el dueño de la fábrica ordenó que fuese cerrada completamente pretendiendo que aquellas mujeres se cansaran y sus gritos cesaran, pero, por el contrario, la fábrica fue incendiada y aquellas mujeres murieron en aquel lugar como símbolo de fuerza y resistencia a sus peticiones y en representación a las mujeres del mundo.


"Tengamos siempre presente que somos una comunidad comprometida clara y explícitamente por la justicia social, como vehículo para construir y gozar de una sociedad buena".

Así que realizar esta conmemoración implica también rememorar algunos antecedentes históricos en estas pocas palabras, comenzando por reconocer las gestas libertarias de nuestras mujeres, como lo fueron Manuela Sáenz, Policarpa Salavarrieta y Mercedes Abrego, quienes en defensa de la causa patriota estas últimas fueron fusiladas.


Profundizar en el conocimiento histórico de nuestras mujeres también nos lleva a encontramos con mujeres indígenas y negras ue fueron participes de aquellas causas independentistas, nombres como Catalina Loango y Ana María Matamba salen a relucir por su papel fundamental en busca de un cambio estructural; mujeres que combatieron por ejemplo junto a Benkos Biohó, luchadoras palenqueras, resistentes a la esclavitud, que nos ilustran sobre las disputas que han venido abanderado las mujeres desde el siglo XVIII.


"el Día Internacional de la mujer no es una fiesta, sino la conmemoración de la lucha que un puñado de mujeres ha emprendido en pro de condiciones sociales justas y de mayor equidad de géneros".

No podemos ocultar que desde los anales de la conformación de nuestro país como república se ha atravesado por conflictos estructurales y la mayoría armados de distinta índole, ejemplo de lo anterior sale a relucir nuevamente la primera mitad del siglo XX, donde el episodio de la masacre de las bananeras vuelve a dilucidar el papel protagónico de las mujeres en los distintos hechos claves de nuestra historia; donde la campesina costeña llamada Juana Julia Guzmán abandera las luchas por el territorio influenciada por las ideas directas de María Cano, fundadora de aquellas organizaciones revolucionarias del momento.


Ya durante la segunda mitad del Siglo XX en ciudades de Colombia y otros territorios de Latinoamérica, movimientos de mujeres radicalizaban sus luchas, logros que aún no llegaban a las zonas más apartadas del territorio nacional, sin embargo se consiguieron triunfos sin precedentes gracias a la organización de ellas en partidos, movimientos políticos y sociales, en colectivos y grupos que luchaban por igualdad de derechos frente a los hombres, sumado a esto combatían por sus derechos sexuales y reproductivos, por la participación política y la gran mayoría por declararse en contra del sistema patriarcal que las subordinada y explotaba.


De esta mirada queda claro que, en este ambiente de reconciliación, en el cual la comunidad virtuosa de la Fundación San Antonio y el Gimnasio Monseñor Manuel María Camargo se sienten participes, y de una construcción de paz estable y duradera, es fundamental el papel de la mujer en este proceso de profundizar la democracia con equidad para todos y todas las colombianas.


Con lo anterior cabe dejar una invitación, pues es necesario estar a la altura de los retos que nos propone hoy la sociedad, no desfallecer jamás, seguir luchando y promoviendo una vida digna y justa para todos y todas, ése queridos estudiantes debería ser uno de los sentidos del día que conmemoramos en el colegio este 8 de marzo. Tengamos siempre presente que somos una comunidad comprometida clara y explícitamente por la justicia social, como vehículo para construir y gozar de una sociedad buena.


Con todas, un abrazo y un feliz día.

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