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20 AÑOS: Redes, Escuelas para El Tiempo Libre

Comunicaciones

Mar 17, 2023

El 28 de febrero de 2003 se realiza el acto inaugural de Redes, Escuelas para el Tiempo Libre, presidido por el Cardenal Pedro Rubio Sáenz, entonces Arzobispo de Bogotá y por Monseñor Rafael Cotrino Badillo, presidente de la Junta Directiva de la Fundación San Antonio.

“Estamos actualizando la parábola del Buen Samaritano, conocida por todos: una vez más salimos al encuentro de esa persona humana, caída en manos de los bandidos, herida, despojada de su dignidad, de todo lo que necesita para llevar una vida digna, privada de su tierra, de su medio de vida, desarraigada por el desplazamiento forzoso, que está en nuestras calles y barrios de la ciudad”. - Monseñor Cotrino, 2003

El programa Redes creó un puente mucho más amplio entre los sectores populares más vulnerables de Bogotá y la Iglesia Católica, y apuntaba a entregarle, fuera de la escuela, herramientas artísticas, culturales, deportivas, psicosociales y académicas, a los niños, niñas y adolescentes más vulnerables de la ciudad de Bogotá y el municipio de Soacha.


Desde sus inicios Redes tuvo una gran acogida en los barrios populares en los que se implementó. Era un trabajo donde 16 parroquias de la Arquidiócesis de Bogotá juntaban esfuerzos: párrocos, profesores, instructores, psicólogos y trabajadores sociales eran los encargados de sembrar en los niños, niñas y adolescentes de escasos recursos una visión del mundo que los alejará de ambientes inadecuados.


El programa funcionó de manera mancomunada con varias parroquias y al mismo tiempo se apoyaba en otras instituciones públicas y privadas. El programa se cimentó en seis componentes básicos: refuerzo educativo, atención psicosocial, trabajo artístico, trabajo deportivo, complemento nutricional y atención pastoral.


En el primer año de vida del Programa Redes, se logró llegar a más de 2.000 niños, niñas y adolescentes en 16 espacios barriales. La cifra siguió aumentando en el año 2007 el número llegó a 3.523 beneficiarios. Gracias a esta acogida el programa buscó potenciarse y empezó a tocar distintas puertas para obtener recursos.


Ahora, después de 20 años, fueron muchas las sonrisas que pasaron por los centros, más de 33.000 beneficiarios dejaron su huella en la historia del Programa, y la Subdirección de Gestión Social y su gran equipo de trabajo no han dejado de luchar por el sueño de Monseñor Manuel María Camargo.


El 2022 se logró acompañar en el proyecto de vida de 7.450 niños, niñas y adolescentes, y a pesar de ser un año complicado, se logró superar la meta anual de cobertura un 30%. Además, se logró reducir la deserción específica de programas y proyectos a un 5,29%


El futuro de la educación aún es incierto. En 2023 se deben redoblar esfuerzos para garantizar el bienestar de los colectivos más vulnerables y para arrancarle los niños a la calle, a la desesperanza y a la tristeza, para que vuelvan a reír y a soñar. Se va a seguir poniendo a la persona en el centro de la acción educativa, siempre conscientes de que esta última debe estar orientada a la felicidad personal y a la construcción de sociedades más justas y solidarias.


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