Kenny Lavacude - Director Ejecutivo
Dec 16, 2022
“La esperanza es una virtud obligatoria para todo cristiano que nace de la confianza en tres verdades: Dios es todopoderoso, Dios me ama inmensamente, Dios es fiel a las promesas". - Beato Juan Pablo I
Una obligación no es necesariamente algo que otros nos impongan. Es también algo que nos auto imponemos, como por ejemplo alimentarnos bien; o algo que es esencial a la vida y que no podemos evitar, como respirar o… tener esperanza.
"Qué sería de nosotros si no esperáramos una vida eterna al finalizar nuestro paso por la tierra".
En efecto, sin esperanza la vida es imposible. O, como mucho, sería un camino hacia la angustia, el miedo y la fatalidad. Pensemos por un momento cómo sería nuestra vida si siempre antes de acostarnos pensáramos que no hay un mañana, o que ante cada resfriado pensáramos que vamos a morir, o que cuando salimos de casa pensáramos que no vamos a regresar jamás. Eso no sería vida.
Cómo sería nuestra vida si no creyéramos que es posible la paz, la concordia, la solidaridad entre los pueblos, el encuentro con nuestros seres queridos, un trabajo mejor, un hogar tranquilo y feliz. Qué sería de nosotros si no esperáramos una vida eterna al finalizar nuestro paso por la tierra.
"La esperanza - afirma el Papa Francisco - hace que uno entre en la oscuridad de un futuro incierto para caminar en la luz. La virtud de la esperanza es hermosa; nos da tanta fuerza para caminar en la vida".
La Navidad reaviva nuestra esperanza, porque nos recuerda que Dios está con nosotros “todos los días hasta el fin del mundo” (Mt 28, 16-20); y si Dios está con nosotros, quién nos apartará de su amor: “ ¿El sufrimiento, la angustia, la persecución, el hambre, la pobreza, el peligro, las amenazas de muerte? Las Escrituras dicen: «Por tu causa nos amenazan de muerte todo el tiempo, nos tratan como a ovejas de matadero». A pesar de todo, nuestra victoria es absoluta, gracias a Cristo que nos amó.
Estoy convencido de que nada podrá apartarnos de su amor; ni la muerte, ni la vida, ni los ángeles, ni los demonios, ni lo presente, ni lo que está por venir, ni los poderes, ni lo alto, ni lo profundo, ni cosa alguna de toda la creación. ¡Nada podrá separarnos del amor que Dios nos ha demostrado en Cristo Jesús, nuestro Señor!”.
Llenos de una obligada y hermosa esperanza en el amor de Dios, celebremos nuestra Navidad, sin dudar ni un segundo que después de la oscuridad viene la luz y la luz es Cristo, el Señor.
"Llenos de una obligada y hermosa esperanza en el amor de Dios, celebremos nuestra Navidad, sin dudar ni un segundo que después de la oscuridad viene la luz y la luz es Cristo, el Señor".